Roy E. Howard, Ph.D.
Gallup
Graduate Studies Center, Western
New Mexico University
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El lingüista norteamericano,
Victor Raskin, define la ambigüedad así: una palabra
o frase que se puede entender de dos sentidos ("Jokes",
Psychology Today, p. 36). Raskin explica que el humor resulta
cuando el lector entiende de repente sentidos opuestos de ambigüedad
o contradicción. Durán propone que Cervantes usa
la ambigüedad para crear el humor en la novela, Don Quijote.
La base de la oposición de sentidos consiste en parte de
la diferencia entre las tradiciones y valores del siglo XIII y
la vida contemporánea del período renacentista.
Parece todo un esfuerzo de Cervantes de destruir o poner en duda
los mitos del pasado; y lo hace con los actos de mayor sinceridad
de Quijote, por hacerlos simpáticos o hasta ridículos.
Así, el lector simpatiza con el hombre que tiene un plan
de vida, aunque es el carácter menos capaz de comprender
la realidad, un valor alto del período del Renacimiento.
Por eso resulta una ambigüedad para el lector contemporáneo
entre la tradición cultural, la filosofía moderna
y las realidades del mundo actual.
Un tema sobresaliente es el contraste entre el "hombre interior"
y el 'hombre exterior". Constantemente Quijote intenta poner
en práctica los ideales antiguos pero nunca alcanza la
dominación de su deseo por causa de la flaqueza de su realidad
física, externa. El efecto se facilita porque el héroe
no solo sueña y escribe, pero hace todo lo posible por
lograr sus sueños imposibles. En contraste, a los "sanos
de mente" les falta sueño y empeño para salir
de la rutina de la vida. ¿Son sus actos simplemente graciosos,
o una crítica de la falta de valor de otros?
Otra ambigüedad consiste en la transición entre la
actitud moralizadora y la actitud que llamaremos "libre"
o "suelta" (p. 21). Don Quijote parece a la mente humanista
como sobredramático y demasiado moralizador. En contraste
tenemos a Sancho Panza que actúa como la gente común
del día con respeto a la moralidad; mas él no es
héroe con convicción e integridad como su amo, quien,
se supone no tiene sentido; pero en el sentido de la moralidad,
el loco puede ser mas moral que los contemporáneos lectores.
"El humor vuelve ambiguo lo que toca: es un implícito
juicio sobre la realidad y sus valores, una suerte de suspensión
provisional, que los hace oscilar entre el ser y el no ser...
Hasta el mismo Sancho duda y no sabe ya si Aldonza es Dulcinea
o la labradora que conoce, si Clavileño es un corcel o
un pedazo de madera. La realidad castellana es la que ahora vacila
y parece inexistente" (p. 95).
Con doble sentido y contrastes entre la realidad y el sueño,
Cervantes utiliza el humor para llevar a la mente renacentista
una consideración de sus propios actos y valores.
Roy E. Howard, Ph.D.
Gallup
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