"¡Vengan músicos!" y vinieron los músicos de baile vestidos de azul. Mientras eperaban, el Padre Sol llamó:
"¡Vengan músicos!" y vinieron los flautistas vestidos de amarillo, gozando del oro sacado por el sol de los picos de la tierra. ¡Qué lindo el oro de los flautistas! No habían músicos del color de oscuridad. Todo brillaba luciente y feliz, su mirada hacia el frente.