Entre toda esa oscuridad y fuertes truenos, los músicos
corrieron buscando amparo ¡en los fuertes brazos del viento!
Cargando todo ese gozo con ternura,
el viento volvió a la tierra. Seguros en los fuertes brazos
del viento, todo ese gozo bajó a la tierra. ¡Ay,
qué dicha para la tierra, que esperaba con los brazos abiertos!